Maquetado
La importancia del maquetado radica en que cada elemento gráfico ocupe su sitio.
Si tuviésemos que definir al maquetado de un libro de la manera más simple, diríamos que se trata de “acomodar” el contenido en el formato en el que llegará la publicación a tus manos, para que recibas el mensaje de la mejor manera. No se trata de diseñar, aunque las herramientas que se utilicen muchas veces coincidan, o haya decisiones que tengan que ver con el lenguaje visual, como la elección de la tipografía, el espaciado y los márgenes, que sin dudas tienen su peso en la interpretación que se haga del material.
Siendo más específicos, la maquetación consiste en disponer a lo largo del libro el texto original, de manera que su lectura sea fluida y equilibrada, eligiendo el tipo de letra, el interlineado y las medidas de las cajas de texto. Tu libro además de ser genial, porque así lo dispusiste como autor, tiene que tener un continente perfecto. Un libro con aspecto descuidado y mal maquetado creará una sensación de rechazo, se verá como un producto de baja calidad y no conseguirá enamorar al lector a primera vista.
Y si la publicación tuviese imágenes, debes procurar que las mismas no acaparen la atención y se integren al contenido de forma orgánica. La excepción sería que se trate de un libro infantil, o de ilustraciones o fotografías a las que el texto acompaña en un papel secundario. Pues bien, el orden de importancia en el que se presenten, es función del maquetador.
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